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Equidad

Las feminazis ya no buscan la igualdad sino la equidad


El feminismo tradicional basaba su lucha en la igualdad entre sexos. La igualdad era y es una idea noble y por eso cada vez más gente se unía a ese movimiento. Después de muchos años de lucha por fin se consiguió la igualdad en las leyes, otra cosa era la igualdad en las mentes. Todavía queda mucha gente machista que afirma que “ayuda a su mujer en las tareas domésticas” como si hacer esas tareas fuera cosa de las mujeres y los hombres las ayudáramos. Evidentemente me refiero a parejas en las que los dos trabajan fuera de casa y no una en la que una de las partes gana un jornal y la otra atiende las tareas domésticas. Pero esto no es asunto del Estado. El Estado debe informar y educar en los valores de la libertad y la igualdad ante la ley. La igualdad solo se puede entender en igualdad de trato ante la ley. No puede existir una ley para unos y otra para otros, la ley debe ser la misma para todos. Y es aquí donde el feminismo ha errado. El feminismo actual no quiere la igualdad, pues esa se consiguió hace mucho, ahora quiere la equidad. Esta es la forma con la que las asociaciones feministas o feminazis como a mí me gusta llamarlas, consiguen seguir en la lucha, es decir, consiguen que se las siga financiando desde el Estado y con nuestros impuestos. Porque de eso se trata, el feminismo se ha convertido en un modo de vida, una forma de ganar un sueldo con el que vivir.


La equidad es la palabra de moda entre las feminazis. Equidad según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) en su quinta acepción dice: Disposición del ánimo que mueve a dar a cada uno lo que merece. Según esta acepción se debe dar a cada uno lo que merece y ¿quién decide lo que merece cada cual? Pues eso lo dicen las feministas. Ellas son la justicia divina que dice lo que merecemos cada unos de los que vivimos en el planeta Tierra. Según su inmensa sabiduría, cada mujer merece tener el mismo resultado que el mejor de los hombres. Con esto, si hay un hombre que alcanza un puesto directivo, hay que inventarse otro puesto directivo de igual categoría y dárselo a una mujer. No importa si se necesita ese puesto o si la mujer está preparada para el mismo, lo importante es que debe haber equidad, es decir debe haber el mismo resultado en hombres y mujeres. Según este principio se pueden justificar todo tipo de tropelías como lo son las leyes de discriminación positiva. Las leyes de discriminación positiva van en contra de la igualdad ya que como su nombre indica discriminan a una parte de la población para favorecer a la otra. Así es como llegan las leyes de cuotas o las leyes de violencia de género. Como hay más mujeres que mueren a manos de sus parejas que hombres, esto debe ser igualado y para eso hay que hacer una ley para las mujeres y otra para los hombres. No importa que metamos en la cárcel a inocentes o que no sean eficaces en la violencia de género, lo importante es el principio por el cual las mujeres deben ser beneficiadas en la ley. Todo esto lo disfrazan con la palabra equidad.


Hoy las leyes discriminan a los hombres ya que el mismo delito cometido por una mujer tiene una pena menor que cometido por un hombre. Además se rompe el principio de presunción de inocencia cuando la denunciante es mujer y el denunciado hombre. Esto viene acompañado con un montón de leyes que dan ayudas económicas a las mujeres pero que no se las dan a los hombres en la misma situación porque son hombres. Yo como autónomo vi una de estas leyes hacer años. Un autónomo menor de 30 años recibe una rebaja en la cuota de autónomo pero si es mujer esta rebaja se amplía hasta los 35. Otra medida es que una mujer que denuncie a su pareja por malos tratos tiene derecho a una prestación económica si no tiene ingresos, si eres hombre no. Hace poco se leía en ABC esta noticia: un viudo con una pensión de jubilación y 4 hijos a cargo no recibía el plus de maternidad que dan a las viudas jubiladas con hijos a cargo porque la ley dice que solo se da a las mujeres. No verás a ninguna feminista luchar por eliminar estas desigualdades porque ellas ya no luchan por la igualdad sino por la equidad.


Equidad según lo entienden las feminazis es que yo cobre los mismo por un cuadro pintado por mí que mi vecino por uno pintado por Picasso. En el caso de que Picasso viviera y pintara un cuadro, su valor sería muchísimo mayor que el que pintara yo. Los dos somos iguales, pero los dos no obtenemos el mismo resultado. Según la equidad, debemos igualar no el derecho a pintar lo que queramos sino el resultado. Los dos cuadros deben valer lo mismo por ley ya que eso es equidad. Equidad es sacar una ley que impida a Picasso vender su cuadro más caro que el mío. Equidad es impedir por ley que el que compre un cuadro a Picasso no me compre el mío por el mismo precio. Equidad es que igual que se exponen los cuadros de Picasso en el museo Reina Sofía, expongan los míos. Eso es equidad. Equidad es que una canción de Lady Gaga tenga que ser valorada igual que una canción mía. Por eso la equidad es una barbaridad.