Está de moda atacar la transición y todo lo que de ella salió. La izquierda ha tomado por bandera cargarse el marco constitucional surgido de la transición. Su excusa es que la transición surge desde el franquismo y por lo tanto sus acuerdos no tienen legitimidad. Según la extrema izquierda, la transición es la continuación del franquismo. Desmontemos esta barbaridad.

En la última época del franquismo, el dictador preparó lo que sería una transición a su muerte. Él sabía que el franquismo moriría con él y preparó un marco en el que España debería parecerse cada vez más a esas naciones aliadas que tenía, es decir Francia, Alemania (RDA), Estados Unidos, Reino Unido etc. Probablemente nunca imaginó que se legalizaría el partido comunista ni que existiría una ley de amnistía impuesta por la izquierda. Quizá su visión de la democracia no era la que tenemos ahora sino otra. Aunque ahora la izquierda reniegue de ella, efectivamente la ley de amnistía fue una imposición de la izquierda con el fin de sacar de la cárcel a todos aquellos que aunque tuvieran delitos de sangre hubieran luchado contra el franquismo o estaban en el exilio pero que tenían delitos de sangre hechos durante la guerra civil. Que Franco quería una transición es un hecho demostrable al dejar la jefatura del estado al Rey, el cual ya había dejado clara su postura de traer la democracia a los países aliados. Los que rodeaban a Franco le decían que el príncipe de España (el Rey Juan Carlos) era un traidor, pero él insistió en dejarle la jefatura del estado. De querer que continuara el franquismo hubiera dejado la jefatura del estado a su yerno, también descendiente de la monarquía y uno de los herederos al trono que además estaba casado con su hija. Tanto si Franco quería la transición o no, esta fue hecha por franquistas, gente del régimen. Gente que sin duda quería cambiar las cosas pero sin usar las armas. Y es que aquí está la clave, el porqué la transición es algo de lo que presumir y estar orgullosos. La democracia es el único sistema que cambia de gobierno sin usar las armas. En todos los demás sistemas el cambio de gobierno no significa un cambio de ideología sino una continuación de esta. Para cambiar un gobierno por otro de ideología distinta es necesario el uso de la fuerza, es decir un golpe de estado o una guerra civil. Es por esto por lo que es tan importante nuestra transición de una dictadura a una democracia, porque se hizo sin el uso de la fuerza. Esto es tremendamente difícil ya que normalmente el que está en el poder no desea dejarlo y el que quiere cogerlo no está dispuesto a arriesgarse a unas elecciones. Los franquistas que ostentaban el poder en el parlamento votaron libremente disolverlo para crear otra forma de estado en la que ellos ya no estarían ahí. La oposición en el exilio renunció a su venganza para crear junto con sus enemigos un país mejor. Tanto los franquistas como los comunistas no querían la democracia, los dos querían una dictadura. El cambio surge cuando los dos bandos renuncian a la dictadura por la democracia. Con frecuencia aceptamos esto como normal y ahora la extrema izquierda como fracaso, pero fue un gran éxito cambiar de régimen sin una guerra civil. Fue un gran éxito que los franquistas renunciaran al poder a cambio de ir a unas elecciones y que los comunistas rechazaran los “consejos” de la URSS para implantar una dictadura comunista y aceptaran ir a unas elecciones.

Ahora la izquierda se ha convertido en extrema izquierda y repite una y otra vez que la transición fue un fracaso. ¿Un fracaso porque no se implantó una dictadura socialista? Exactamente eso es por lo que dicen que fue un fracaso aunque debido a la ignorancia de las víctimas de la Logse, lo disfrazan como un fracaso por permitir que hubiera una monarquía. Se basan en que al Rey lo puso Franco. Efectivamente y por eso es tan importante nuestra transición, porque un jefe del estado con poderes absolutos puesto por un dictador y al cual le dejó todos los mecanismos de Estado para continuar su dictadura, renunció a su poder para traer una democracia. Es precisamente eso lo que hace grande nuestra transición, que los que ostentaban el poder y que lo heredaban de Franco, renunciaron a él. ¿La izquierda hubiera preferido que los franquistas no hubieran renunciado al poder? ¿Prefieren que hubiera habido una guerra civil? Pues aunque sea duro decirlo, sí. Admitir la transición significa admitir que la derecha hizo cosas bien en favor de la democracia. Admitir la transición significa admitir que la derecha franquista trajo la democracia y ellos nunca van a admitir que la derecha es demócrata. Nunca van a admitir que aunque la izquierda ayudó, la democracia la trajo la derecha.