Economía de mercado
Mucha gente confunde la economía de mercado con el capitalismo pero en realidad no es así, en el socialismo también hay una economía de mercado
Mucha gente confunde la economía de mercado con el capitalismo pero en realidad no es así, en el socialismo también hay una economía de mercado. La economía de mercado es la producción en masa de un producto o servicio con el fin de llevarlo al mercado e intercambiarlo por dinero, para posteriormente acudir otra vez al mercado para intercambiar ese dinero por los productos o servicios que desees. La economía de mercado se inventó por el ansia del ser humano de prosperar y poseer cosas.
Al principio la economía de las primeras sociedades era una economía muy parecida al socialismo. La tribu repartía las tareas y compartían los resultados de dicho trabajo. Así unos iban a cazar, otros recolectaban, otros fabricaban herramientas y ropa etc. Esto funciona en grupos muy pequeños los cuales producen poco. Es una forma de ayuda para sobrevivir. El trabajo se reparte con el propósito de ser más eficientes. A unos se les dará mejor cazar, otros serán más mañosos para fabricar herramientas y ropa y otros pueden colaborar recolectando. De esta repartición del trabajo surge la economía de mercado porque esta repartición demuestra que la especialización es más eficiente. Alguien se dedica a hacer solo una cosa y al hacer solo eso mejora. Cada vez se le da mejor y no pierde tiempo en hacer otras tareas. Esta dedicación exclusiva es la esencia de la economía de mercado.
Con el tiempo empieza a crearse la propiedad privada. La propiedad es algo propio del ser humano tan natural como el vivir en sociedad. Forma parte del éxito de nuestra supervivencia como especie. La existencia de la propiedad privada hace que las personas se esfuercen mucho más que antes. El poseer algo y vivir mejor es una aspiración propia del ser humano y denota un pensamiento en el futuro. La especie humana es la única que piensa en el futuro e intenta planearlo. Si trabajas duro hoy puedes vivir bien mañana. Esta es la esencia de la propiedad privada ya que si posees propiedades ya sea dinero o un campo de cultivo grande, es una garantía de tener un futuro próspero ante una enfermedad o la vejez. La gente se esfuerza mucho más si se queda con los beneficios de su trabajo. La gente trabaja porque esto le reporta un beneficio y no por el bien común. Decía Adam Smith en su libro la riqueza de las naciones, que el carnicero no trabaja para que puedas tener carne en tu mesa sino por su propio beneficio, porque venderte carne para que la tengas en tu mesa le reporta beneficios. Esto es exactamente así, el panadero no se levanta a las 4 de la mañana para que tú puedas comer pan sino para ganar dinero.
Con estas dos cosas ya tenemos la economía de mercado. La gente trabaja en algo para obtener dinero y con ese dinero comprar todo aquello que quiera. Esa especialización hace que el rendimiento sea mayor y por lo tanto existan muchos más productos en el mercado. Es por esto que tenemos cada vez más cosas. Tu trabajo beneficia a la sociedad, es decir es algo, ya sea un producto o un servicio, que la sociedad demanda. Si trabajaras en algo que nadie quiere no ganarías dinero, es decir, debes ofrecer algo que la sociedad quiera. Para poder beneficiarte debes beneficiar a la sociedad. Esta es la maravilla de la economía de mercado y el capitalismo. El socialismo planifica que es lo que la sociedad debe querer, te hace trabajar en eso y te paga solo por trabajar. No tiene en cuenta las necesidades de la gente sino lo que unos burócratas estiman que la sociedad debe demandar. El dinero obtenido depende de lo que esos planificadores estimen y no del éxito de tu trabajo. En el socialismo no te beneficias dependiendo de si el producto de tu trabajo es demandado ni del esfuerzo que hagas sino de lo que unos burócratas del partido decidan que debes ganar. Es por esto que las sociedades capitalistas son prósperas porque la gente tiene un incentivo para trabajar, esforzarse o inventar, que es su propio beneficio, su codicia. Sin embargo el socialismo sí tiene una economía de mercado ya que la gente se especializa en un trabajo y por él recibe un dinero con el que va al mercado y compra aquello que quiere. El socialismo elimina los incentivos para trabajar pero mantiene el mercado aunque este está intervenido. Está intervenido porque tanto los beneficios del trabajo como el precio de los productos no los pone la oferta y la demanda, es decir el mercado, sino el estado, es decir los políticos. El problema de esta intervención es que con frecuencia los estados socialistas producen de más de aquellos productos o servicios que nadie quiere y de menos de los que sí hay demanda. Además al estar el precio intervenido, con frecuencia hay productos que se venden por debajo del precio de coste y eso provoca escasez.