La ley de la oferta y la demanda
La ley de la oferta y la demanda es lo que fija el precio de algo y no sus costes de producción
Acabo de leer que el precio de la vivienda en la ciudad de Madrid está subiendo mucho debido a las restricciones que pone nuestra nefasta alcaldesa a la construcción de vivienda. En la noticia había un comentario de un mermado mental y seguidor de la alcaldesa podemita que decía que eso no tenía nada que ver porque cuando se construían muchas viviendas, estas también subían. Haciendo gala de su ignorancia se reía como dando a entender que la ley de la oferta y la demanda no existe. Esta es la razón por la que la democracia no funciona, porque al tonto ese le dejan votar y además su voto vale lo mismo que el voto de los demás.
La ley de la oferta y la demanda es una ley tan real como lo es la evolución o la primera ley de la termodinámica. El precio de algo depende de la oferta de ese producto o servicio y de la demanda. Es fácil de entender, si quieres algo y hay muchos sitos en que lo venden podrás elegir el más barato. El que venda más barato será el que venda y los demás no lo harán. Si quieren vender deberán poner el precio igual o más bajo. Como hay muchos más productos ofertados que gente dispuesta a comprar siempre habrá alguien que no pueda vender y así siempre habrá alguien dispuesto a bajar el precio. El precio bajará hasta que se pueda, es decir hasta que el coste casi se iguale con el precio de venta. Puede que incluso baje por debajo ya que habrá gente que al no poder vender preferirá tener un poco de pérdidas a muchas y venderá por debajo del coste. Luego el precio al eliminar las excedencias subirá y se quedará por encima del coste. Esto hace que el precio de algo se acabe por estabilizar por encima de los costes. Esto se producirá siempre que no haya interferencias en el mercado. También los productores abaratarán costes para poder vender más barato que la competencia. Esto hace que los precios a la larga bajen. Esto es así mientras alguien no intervenga en ese mercado.
Si hay poca oferta y muchos demandantes el precio subirá pues si vendes un producto y aparecen más compradores de los productos que ofertas, se lo venderás al que más dinero dé. Si vendes un producto y rápidamente te lo quitan de las manos, será que su precio es barato, así que lo subirás. Es así de sencillo.
Esto es algo que todo el mundo puede entender, la ley de la oferta y la demanda es la que fija el precio. No solo de un producto a la venta sino también de un servicio o de un trabajo. Si tienes una empresa, ofertas un puesto de trabajo y se presentan 50 personas, será que las condiciones son buenas por lo que puedes bajar el sueldo o subir las horas de trabajo que para el caso es lo mismo, es decir bajar el precio por hora de trabajo. Si por el contrario ofertas un puesto de trabajo y no se presenta nadie, tendrás que subir el precio de la hora trabajada. Si tienes un trabajador muy bueno, es lógico que otras empresas lo quieran y así le ofrecerán más dinero por cambiar de trabajo y si tú quieres que se quede tendrás que igualar o superar esa oferta. Esto también ocurre con el dinero porque el dinero es un producto que se compra y se vende. Si los préstamos están muy bajos de interés es que se está imprimiendo dinero y si hay mucho dinero, bajará su precio, es decir subirá el precio de las cosas que compras, pues el dinero vale menos. Esto es lo que provoca la inflación y por eso cuando la inflación está alta se suben los tipos de interés, para restringir la demanda de dinero. A más masa monetaria, es decir a más dinero en circulación, menos vale el dinero.
Esta es una ley universal y es por eso que un producto puede costar fabricarlo 200 euros y su precio de venta puede ser de 1.000 euros. Esto nos indicará que el producto es muy demandado. Esto es un indicador que nos dirá que es buena idea entrar a fabricar eso. En la mano invisible explico esto de forma más amplia.
Limitar la oferta
A veces vemos que algo sube mucho de precio, este es el caso de la vivienda en España. Esto se produce por las limitaciones a la oferta que existen. Alguno podrá pensar que eso no sucede porque se construye mucho. Bien, eso es porque no se construye lo suficiente y eso deforma el mercado haciendo así que sea rentable especular lo que lleva a que haya más demanda y por lo tanto suba más el precio, lo que lleva a que haya más especulación y así sucesivamente hasta que la burbuja estalla. En efecto, la burbuja inmobiliaria española se produjo por dos causas y una de ellas eran las trabas a la construcción. La otra era la expansión monetaria, es decir el imprimir dinero a lo bestia. Como he dicho antes al bajar los tipos de interés el dinero pierde valor y los productos suben de precio, entre ellos la vivienda.
La construcción de vivienda está muy limitada en España debido a que no se puede construir en cualquier sitio sino en donde te dice el ayuntamiento que es urbanizable. Los ayuntamientos declaran zonas urbanizables muy por debajo de la oferta porque así sube el precio y eso les beneficia. Les beneficia porque cobran impuestos cuando se va a construir y la cuantía de dinero a cobrar es un porcentaje del valor de la vivienda. Cuando más valga la vivienda, o mejor dicho el suelo, más cobran ellos y más cosas pueden hacer con ese dinero. Así se aseguran la reelección.
Si a esto añadimos que el dinero estaba barato, es decir el interés por un préstamo estaba por debajo de la inflación, pues ya tenemos la burbuja. El precio sube tanto que empieza la especulación. Si la inflación es alta y la vivienda sube de valor a un ritmo muy alto, es lógico comprar una vivienda, esperar unos meses y venderla para ganar mucho dinero. Esto hace que haya más demanda y por lo tanto suba más y que por lo tanto haya más gente que entra a especular lo que subirá más el precio y así sucesivamente. Esto es una burbuja y esta burbuja está provocada por una limitación a la oferta. Una limitación provocada por los políticos y no por la falta de terreno.
En conclusión, el precio de algo siempre es lo que otra persona esté dispuesta a pagar y esto estará en consonancia con las ganas que tenga de tenerlo él y otros (demanda) y también por el número de ofertas entre los que pueda elegir. La ley de la oferta y la demanda.